
La aerofobia (miedo a volar en avión) es un fenómeno muy común: está presente en el 30 % de la población. ¡Imagínese! Uno de cada tres pasajeros siente miedo. Puede presentarse sola, o acompañada de claustrofobia (miedo a los espacios cerrados) o acrofobia (miedo a las alturas).
Recuerde que una fobia es un miedo intenso pero irracional: no es justificado por la razón, sino que está en la mente de las personas y la aerofobia no es la excepción.
A pesar de que las estadísticas rara vez consuelan a quienes tienen una fobia, nuestra primera recomendación es conocerlas, porque nos pueden ayudar para empezar a trabajar en nuestros miedos.
1. ¿Sabía que, en promedio, ocurre un accidente de aviación cada 1,3 millones de vuelos? La probabilidad de morir en un accidente de aviación es de 1 en 10000 vuelos. Esto significa que es 10 veces más probable que usted muera en un accidente de moto, 14 veces más probable por atropello y 86 veces más por accidente de auto. Recuerde que ningún medio de transporte ofrece un riesgo de 0 de sufrir un accidente. El problema es que los de avión son más aparatosos (por la cantidad de pasajeros) y la cobertura de los medios de comunicación ayudan a sembrar más miedo. Otro factor a tomar en cuenta es que los accidentes de aviación son cada vez menos frecuentes. En 2017, ocurrió un accidente por cada 16 millones de vuelos.
2. Muchas personas tienen miedo a las turbulencias: estas son “corrientes” del aire, algo así como las corrientes marinas. Se forman por el choque entre aire frío y caliente, o por el roce del aire con alguna superficie. Lo más importante es que no representan un peligro para volar: los aviones están diseñados para soportar el doble de lo que se podría encontrar en las peores condiciones (turbulencias severas, que son poco frecuentes). Las turbulencias se sienten mucho peor de lo realmente son: podemos sentir que el avión “se cae”, pero lo que realmente varía la altitud son de 1 a 5 metros. Además, hoy en día la tecnología está tan avanzada que, con los radares meteorológicos, es muy difícil encontrar situaciones extremas inesperadas. En 110 años, solo 20 personas han muerto por turbulencia y fue por golpes por no usar el cinturón de seguridad. Ningún avión se ha caído debido a turbulencias.
2. Las fobias son miedos irracionales y este miedo usualmente está precedido por pensamientos fatales. Las personas con aerofobia a menudo dan rienda suelta a pensamientos que disparan su miedo, sobre todo antes de volar. Piensan en accidentes e imaginan situaciones de pánico. Por esto, si va a volar, no permita que su mente le juegue una mala pasada: note sus pensamientos, sobre todo días antes del vuelo, y no se permita pensar en tragedias, controle su mente y no se deje dominar por la ansiedad. Lo más importante es empezar por ser consciente de lo que está pensando.
3. La mayor parte de las veces, las fobias se originan de un evento pasado, usualmente en la infancia, y que se encuentra “guardado” en el subconsciente. No es necesario que el evento sea una experiencia traumática: un comentario o una película bastan para originar el miedo. Para eliminar la fobia, es necesario descubrir la creencia que la originó. Esto se logra mediante la psicología, la sanidad o la hipnosis. Busque ayuda para que pueda volar tranquilo.
4. A veces el miedo es leve, en cuyo caso se puede recurrir a la medicina alternativa: homeopatía, flores de Bach o aceites esenciales le pueden ayudar. Pruebe tomar Rescue (lo venden en macrobióticas, farmacias y en los aeropuertos) o usar aceites como Serenity y Balance. Los tés tranquilizantes también podrían ayudarle antes del vuelo.
5. Muchas personas se ven en la necesidad de medicarse antes de volar, y toman algún ansiolítico recetado por su médico. La mayoría de estos medicamentos producen sueño y disminución del estado de alerta, por lo que no es recomendable que los tome, sobre todo si viaja solo. Otra recomendación es no tomar licor antes o durante el vuelo: lo que esto hace es darle un estado temporal de euforia, para luego aumentar su ansiedad. Además, no soluciona la raíz del problema.
6. Si siente miedo de volar, evite sentarse junto a la ventana, así no estará pendiente de los movimientos del avión. Siéntese junto al pasillo, distraiga su mente en algo que le guste: música que le relaje, un buen libro o una revista interesante, y deje que los pilotos sean quienes se encarguen de volar.
Esperamos que este blog le ayude a poder supercar su aerofobia (¡Es totalmente superable!), para que pueda disfrutar de su viaje, y sentir emoción ¡desde que va camino al aeropuerto!