Iniciamos el recorrido por los mercaditos navideños de Francia en la región de Alsacia, al noreste del país. Famosa por su ruta de vino (de la cual les hablaremos luego), por sus más de 70 pueblos encantadores, y por sus mercados navideños, definitivamente vale la pena conocerla.

Estrasburgo, su capital, es un ciudad de ensueño: su centro histórico, que data de la época medieval, parece salido de un cuento. Fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1988. La cercanía con Alemania y la historia de la ciudad, hacen que la cultura y la arquitectura sean una mezcla de influencias alemanas y francesas. La ciudad se encuentra atravesada por el río Ill, afluente del Rin.

Estrasburgo es conocida también como capital europea pues allí se encuentra la sede del Parlamento Europeo (junto con Bruselas y Luxemburgo), la Corte Europea de Derechos del Hombre y del Consejo de Europa, entre otras. Es una de las tres ciudades del mundo (junto con Ginebra y Nueva York), que acogen instituciones internacionales y diplomáticas sin ser capital de país.

Si llega a Estrasburgo en avión, puede desplazarse al centro de la ciudad en tren, el cual hace el servicio directo desde el aeropuerto hasta la estación central cada 15 minutos; tiene un costo de 2,8 euros si es solo el tren y de 4,6 euros si además va a utilizar el tranvía para llegar a su destino. Tome en cuenta que los tiquetes se compran en las máquinas expendedoras en la estación de trenes del aeropuerto y que requieren monto exacto, aunque se puede utilizar tarjeta de crédito. Las que son únicamente para tren se encuentran ubicadas directamente en el andén.

Aquí les dejamos una guía de los mercaditos:

1. Place Grimmeisen, Marché OFF: iniciando por la Grande Rue, y hacia la zona llamada "La Petite France", este mercado se caracteriza por sus talleres y actividades.

2. Place des Meuniers: en la misma zona que el anterior, en estos puestos encontramos productos típicos de la región de Alsacia.

3. Place Saint Thomas: este mercadito, el tercero de La Petite France, está dedicado a los niños.

4. Place Kléber: en esta plaza se encuentra el gran árbol de navidad y un mercadito de las asociaciones de solidaridad internacionales; los ingresos se dedican a obras benéficas.

5. Place du Temple Neuf: en esta preciosa plaza, rodeada de casas medievales, está el mercadito Carré d'Or, cuyos puestos representan tiendas o artesanos locales.

6. Place Gutenberg: aquí se encuentran los puestos del país invitado y sus productos típicos; en 2018 correspondió a Finlandia.

7. Place Broglie: en esta plaza, frente al ayuntamiento y la ópera de Estrasburgo, se ubica uno de los mercados más bonitos; es el más grande con más de 100 puestos y el más tradicional.

8. Place de la Cathédral: frente a la preciosa catedral gótica de la ciudad, se ubica este mercadito de artículos y adornos navideños.

9. Place du Marché aux Poissons y Terrasse Rohan: estos puestos se ubican en la terraza del Palacio Rohan, y a orillas del río ill, cerca del barrio de los pescadores; aquí encuentran productos locales, vinos, cervezas, y el famoso pan de especias.

10. Place Gayot y Place Mérian: se llevan a cabo actividades, talleres y espectáculos.

La mayoría de los mercaditos se encuentran en las plazas; les recomendamos que por un momento quiten su atención de los puestos navideños, para que no se pierdan la belleza de los edificios y monumentos que usualmente rodean estas plazas, y que pueden fácilmente pasar desapercibidos con toda la decoración navideña.

Aquí le dejamos una lista de los imperdibles en la ciudad, para que tengan una guía si la visitan fuera de la época navideña.

La Petite France: es el barrio más antiguo y pintoresco de la ciudad, por sus casas coloridas y entramadas, sus canales y sus calles estrechas y adoquinadas. Era el antiguo barrio de los curtidores, molineros y artesanos, y todavía hoy es posible ver algunas de sus casas. En este barrio vale la pena conocer la Iglesia de Saint Thomas, que hoy es de la pocas iglesias protestantes de la región.

Ponts Couverts o Puentes Cubiertos: se trata de tres puentes ubicados en La Petite France, que se encuentran cerca de cuatro torres del siglo XIV, las cuales formaban parte de la muralla defensiva de la ciudad. A pesar de que ya no conservan su tejado de madera, prevalece su nombre y su encanto.

Catedral de Estrasburgo: construida a lo largo de los siglos XI a XV, esta catedral de estilo gótico tardío es excepcionalmente bella. Su torre más alta mide 142 metros y fue el edificio cristiano más alto del mundo durante dos siglos.

Antes de ingresar, vale la pena observar su impresionante fachada, cuyos tres portales representan la vida de Cristo, y fueron inspirados por las escuelas de París y Reims. En el lado sur se puede observar la coronación de la virgen.

La construcción de la catedral se realizó a lo largo de cuatro siglos, por lo que la historia de la ciudad está reflejada en cada uno de sus detalles.

En su interior destacan las columnas labradas, la escultura del Monte de los Olivos, los órganos (de 1385, 1489 y 1716), los vitrales y los rosetones que semejan a los de Nuestra Señora de París, y sobre todo su espectacular reloj astronómico, que es una obra maestra del renacimiento y cuyo mecanismo actual es de 1842.

Hoy en día es la segunda catedral más alta de Francia (después de la de Rouen), y la segunda más visitada (después de la de Notre Dame de Paris).

Casa Kammerzell: situada en la Plaza de la Catedral, es uno de los edificios góticos mejor conservados. Construida en 1417, está catalogada como un monumento histórico de Francia. Hoy en día alberga un hotel de nueve habitaciones y un restaurante gourmet.

Palacio Rohan: también situado en la Plaza de la Catedral, alberga tres museos: Museo de Artes Decorativas, Museo de Bellas Artes y Museo Arqueológico.

Plaza Kléber: es una de las más grandes y concurridas de la ciudad, sitio de espectáculos y manifestaciones. En el centro de la plaza se encuentra la estatua de Jean Baptiste Kébler, destacado militar francés nacido en la ciudad; además puede conocer el edificio Aubette, construido en 1765 y que hoy alberga un pequeño centro comercial; este edificio es el centro del espectáculo de luces navideño más famoso de la ciudad.

Plaza Broglie: en esta bella plaza se encuentra el edificio del Ayuntamiento y la Ópera.

Barrio Alemán o Ciudad Nueva (Neustadt): está un poco más alejado del centro histórico, es la extensión de la ciudad realizada por los alemanes durante la ocupación posterior a la guerra franco prusiana en 1871. La arquitectura es más modernista, una mezcla de estilos neo, en la cual destacan los edificios imponentes del poderío alemán de la época. Pueden visitar la Plaza de la República, en donde destacan el Palacio del Rhin, la Biblioteca Universitaria y el Teatro Nacional.

Barrio Europeo: en él se encuentran las instituciones oficiales de la Unión Europea. Se puede llegar a pie desde el centro, así como utilizar el bus (línea 6) o el tranvía (línea E). Allí pueden visitar el Parc de l’Orangerie: es el más grande y antiguo de Estrasburgo; se puede pasear, hacer deporte, tomar un paseo por el lago o visitar un pequeño zoológico en su interior. Especial para descansar los pies y comer algo.

Vale la pena degustar la gastronomía de Alsacia; no se vayan sin probar la tarte flambée, que semeja una pizza cuadrada de pasta muy delgada, el choucroute, de clara influencia alemana, consiste en repollo o col fermentado, embutidos y papas, y el baeckeoffe, una mezcla de carnes de ternero y cerdo con papas en una salsa alsaciana de vino blanco.

La región es además famosa por sus más de 900 viñedos, en donde reinan las variedades blancas, y en donde se producen hoy en día vinos blancos de gran calidad. Se cultivan siete cepas, donde solo una es tinta y donde predomina la variedad blanca Riesling. Alsacia es famosa por su vino espumante o Crémant, por lo que les recomendamos que ¡no se vayan sin probarlo!

No se pierda nuestra próximo blog en el cual haremos un recorrido por otros pueblos de Alsacia.