NÚREMBERG

Núremberg (Nürnberg enalemán), cuyo significado es “monte sobre la ciudad”, es la capital económica y cultural de la región de Franconia, en el estado de Baviera; atravesada por el río Pegnitz, cuenta con aproximadamente 511000 habitantes, sin embargo, en los pueblos de sus afueras viven más de tres millones de personas.
La ciudad cuenta con un aeropuerto internacional (segundo en importancia en la región de Baviera, después de Münich), llamado Albrecht Dürer por el famoso pintor medieval. Fue el primero en ser construido en Alemania tras la segunda guerra mundial, en 1955 y se encuentra a tan solo 5 km del centro. Núremberg está bien conectada también por tren a muchas ciudades europeas. Así mismo se puede llegar a ella en barco, pues tiene un puerto gracias a que el pequeño río Pegnitz se convierte en el río Rednitz, afluente del Rhin, principal vía fluvial de Europa.
El transporte público es sumamente eficiente, tanto en metro, omnibus o tranvía. Los taxis en Alemania funcionan muy bien, y en la ciudad se reconocen por ser amarillos: existen paradas oficiales en el aeropuerto, en la estación central o en la plaza central; tenga en cuenta que en el país no existe Uber.
Si va a estar por lo menos dos días en la ciudad, puede adquirir la Nürnberg Card, con entrada a las principales atracciones, museos y transporte público.
Nosotros llegamos a Núremberg por carretera desde Frankfurt, no sin antes detenernos a conocer los pintorescos pueblos de Wurzburg y Rothenburg ob der Tauber; la ciudad de Núremberg es prácticamente una intersección de puntos cardinales en Europa, por lo que sus carreteras son muy transitadas.

Aparte de su atractivo centro histórico medieval, la ciudad es un centro industrial importante, encontrándose en él las casas matrices de empresas como Faber Castell y Stabilo.
Un poco de historia: la ciudad fue la capital del Sacro Imperio Romano Germánico –principal poder político europeo de la edad media, derivado del Imperio Carolingio (que a su vez intentaba preservar el poder del
Imperio Romano), y que en su mejor época comprendía lo que hoy es la Europa Central- con sus murallas defensivas, que acogieron a los emperadores de esa época. También fue centro de reunión de artistas, pintores, artesanos y escultores.
La ciudad saltó a la fama durante la segunda guerra mundial, pues (por sus altas murallas y su ubicación estratégica), fue escogida por Hitler como sede de su futuro imperio nazi, en lo que constituye la parte oscura de su pasado. Al finalizar la guerra, la ciudad fue bombardeada por los aliados, destruyendo el 80 % de la misma, Posteriormente se celebraron allí los famosos Juicios de Núremberg, en los cuales fueron juzgados los principales implicados en los crímenes y abusos contra la humanidad que ocurrieron en la segunda guerra mundial.
Posteriormente la ciudad fue reconstruida en su totalidad, siguiendo un plano original y con la utlización de las piedras que quedaron después del bombardeo, por lo que algunas edificaciones son de color negro.
Hoy es una ciudad próspera, en donde sus visitantes pueden pasear por las calles de su casco antiguo y revivir la historia. Célebre por haber visto nacer a Alberto Durero -artista más famoso del renacimiento alemán, conocido en todo el mundo por sus pinturas y dibujos- hoy es visita obligada en época de navidad, por albergar uno de los mercaditos navideños más bellos de Europa y el segundo en importancia en Alemania, después del de Dresde.

Aquí le dejamos una lista de lo que no puede perderse en Núremberg (recuerde que el centro histórico se recorre mejor a pie):
- Castillo Imperial (Kaiserburg): situado en una cima, como vigilante de la ciudad, este castillo fue antes sede de reuniones de emperadores y gobernantes, aunque nunca fue residencia real. En su Torre del Pecado, se obtienen vistas de la ciudad, y un poco de la historia de su destrucción durante la guerra. En la ciudad antigua, todavía existen 8 km de murallas con sus torres, algunas forman parte del castillo.
- Casa de Durero: la casa, con entramado de madera, fue erigida en 1420, y allí vivió el pintor entre 1509 y 1528. Esta residencia burguesa de la época dorada de Núremberg fue de las pocas que no fue destruída. Contiene áreas de vivienda reconstruídas, así como un taller con maquinaria de imprenta en funcionamiento. Es el primer museo de artista del norte de Europa, constituido en 1828.
- Plaza del Mercado: sobre esta plaza central se alza la Iglesia de Nuestra Señora, la Torre de la Muralla y la Iglesia de San Lorenzo. También se puede observar la Fuente Bonita, con 17 metros de altura y 40 figuras esculpidas. Es en esta plaza en donde se celebra cada año el famoso mercadillo navideño.
- Puente de los carniceros: el río Pegnitz divide la ciudad en dos zonas: el barrio de San Lorenzo (donde vivían los artesanos) y el barrio de San Sebaldo (donde vivían las familias nobles), cerca del castillo. El puente junta los dos barrios. Recorra las calles estrechas de los barrios y admire la arquitectura medieval.

- Centro de Documentación (del antiguo partido nazi): la forma de coliseo romano del edificio original, es solo una muestra más de la megalomanía del nazismo; se encuentra cerca del Campo Zepellin, y a ambos lugares se puede llegar en el tranvía desde el centro histórico. Lo que antes fue un centro militar y de congresos, hoy en día es un importante centro de documentación.
- Campo Zepellin: en un inicio fue el sitio en donde se probaban estos artefactos voladores, pero luego se convirtió en un centro de reunión del III Reich, y a pesar de los bombardeos, aún se puede ver la estructura, las graderías y el púlpito desde donde Hitler se dirigía al mundo; el silencio del lugar solo es superado por la oscuridad de su pasado, que pesa en el ambiente para quienes lo visitan.
- Núremberg subterránea: por debajo de la ciudad se encuentran múltiples búnkers y túneles utilizados por la población durante los ataques aéreos así como por los mismos partidiarios del gobierno alemán. El recorrido solo se puede hacer con guía, por lo que es conveniente visitar la oficina de turismo.
- Mercadito Navideño: resguardado por la plaza central, este precioso mercadito consta de 180 puestos de madera bellamente decorados, en donde se pueden comprar decoraciones navideñas, artesanías locales, productos de la época, gastronomúa típica y el famoso glühwein o vino caliente. Se inaugura el 30 de noviembre y cierra sus puertas el 24 de diciembre.
DRESDE

La ciudad es conocida como la Florencia del Elba, tanto por el río que la atraviesa como por su belleza escénica: el 60% de la ciudad está constituido por zonas verdes. El río Elba, que nace en la República Checa, y en su recorrido pasa por las ciudades de Hamburgo y de Dresde, forma
un hermoso valle en donde se asienta la ciudad.
Capital del estado de Sajonia, cuenta con 550.000 habitantes. Actualmente es una ciudad moderna, líder en la industria de la nanotecnología, por lo que también se le conoce como el Silicon Valley de Alemania; también es sede de empresas de importancia mundial como la Volkswagen.
Es además famosa en el mundo artístico, por su gran cantidad de museos, orquestas, coros y teatros. Fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 2004, pero la distintión le fue retirada en 2009 por la construcción de un puente moderno cerca del centro histórico.
Dresde tiene una vida académica agitada, pues es sede de grandes universidades, incluyendo la Universidad Politécnica más grande de Europa, con 35000 estudiantes, y la Escuela Superior Bellas Artes. Su cercanía tanto de Berlín como de Praga, la hacen el destino perfecto para visitar en un día desde cualquiera de estas dos ciudades. A ella se puede llegar por carretera o por tren, pero también se puede volar a su aeropuerto internacional que se ubica a 9 km del centro de la ciudad; a este se puede acceder en taxi o en tren directo, el S-2.

Algo de historia: la ciudad vio su época de oro en el siglo XV cuando se convirtió en la residencia del rey de Sajonia; sin embargo, su historia cargada de guerras hizo que la ciudad fuera destruida en varias ocasiones, y posteriormente reconstruida. En 1685 un incendio la destruyó por completo, lo cual volvió a ocurrir en la guerra contra Prusia.
Dresde fue víctima del mayor bombardeo en la historia cuando, en la segunda guerra mundial, fue totalmente destruida en tres ataques de los aliados en los cuales se descargaron 80.000 toneladas de bombas en una hora: la ciudad ardió durante tres días y fue destruida en un 90%. Se estima que murieron 30000 personas en este ataque, uno de los más controvertidos de la guerra.
Al repartirse Alemania las potencias aliadas, la ciudad quedó dentro de la zona de ocupación rusa y posteriormente, a partir de 1949, se integró en la República Democrática Alemana (RDA). Fue entonces parcialmente reconstruida por el comunismo; después de la caída del muro, fueron reconstruidos muchos monumentos y edificios históricos. El casco antiguo es pequeño y se puede recorrer a pie. En su arquitectura destacan el renacimiento y el barroco.

Aquí le sugerimos los sitios imprescindibles en su visita a Dresde:
Frauenkirche o Iglesia de Nuestra Señora: es la principal iglesia luterana de la ciudad, de estilo barroco, destaca por ser uno de los edificios de piedra arenisca más altos del mundo, y por su cúpula, la más alta del norte de Europa. Fue construida entre 1726 y 1743, y destruida durante el bombardeo de la segunda guerra. La RDA mantuvo sus ruinas como un monumento que recordara la destrucción, pero después de la caída del muro, inició su reconstrucción en 1994 y finalizó en 2005. Vale la pena visitarla para conocer su impresionante interior y subir a la torre para apreciar las vistas.
Zwinger: este palacio barroco de 1711, construido donde antes hubo una fortaleza (el nombre Zwinger, significa en alemán el nombre que se le daba al muro exterior de las fortalezas por los que se hacía la ronda), destaca por su gran plaza central, con jardines y fuentes, Vale la pena
visitar los edificios que lo componen, que hoy en día son museos y galerías de exposiciones. La visita se puede hacer audio guiada con una aplicación que se descarga en su teléfono inteligente.
Fürstenzug o Desfile de los Príncipes: es el mural de porcelana más largo del mundo con más de 100 metros; muestra un desfile de jinetes con más de 24.000 azulejos de porcelana de Meissen. Para conocerlo, diríjase a la calle Augustusstrasse, cerca del Zwinger, Es uno de los pocos monumentos que sobrevivieron casi intactos al bombardeo de la segunda guerra mundial.
Ópera Semper (Semperoper): es uno de los teatros más importantes de Europa, fue destruido en 1945, y reconstruido en 1984. Aquí se estrenaron muchas de las mejores óperas de R.Wagner y R. Strauss. Actualmente es sede de la Orquesta Estatal Sajona de Dresde. Vale la pena hacer la visita guiada.

Terraza de Brühl (Brühlsche Terrasse): conocida como el “el balcón de Europa” y situada a orillas del Elba, este paseo o rambla, formado por un conjunto de edificios de arquitectura impresionante, ofrece unas magníficas vistas de la parte nueva de la ciudad y del río. Se ubica a pocos metros de la Frauenkirche, colindando con el casco antiguo, y es un lugar perfecto para pasear o descansar.
Catedral de la Santísima Trinidad (Hofkirche): situada en la preciosa Theaterplatz, esta maravilla de la arquitectura está también construida en piedra arenisca. De estilo barroco, impresiona por un recargado exterior con numerosas esculturas y una torre de 83 metros de altura. Si dispone de tiempo, vale la pena hacer la visita a su interior, un poco más sobrio que su adornado exterior.
Residenzschloss: es un palacio que agrupa diferentes estilos arquitectónicos, y que fue residencia de los reyes de Sajonia. En su interior destaca la Grünes Gewölbe o Bóveda Verde, uno de los museos más antiguos del mundo, el cual guarda algunos de los tesoros de la monarquía sajona. Puede visitar el interior y subir a la torre desde donde podrá admirar la vista al centro histórico.
Mercadito Navideño: es sin duda alguna, una de las mayores atracciones de la ciudad. Es el más antiguo del país y del mundo, con aproximadamente 400 años de edad; atrae a más de 2,5 millones de personas cada navidad. En realidad en la ciudad hay varios mercaditos,
pero el más grande, el Striezelmarkt, se localiza en la Plaza Altmarkt, y está constituido por 240 puestos bellamente decorados, en donde se puede comprar desde decoraciones navideñas hasta productos típicos de la época. Abre sus puertas el 27 de noviembre y las cierra el 24 de diciembre. Su nombre deriva de famoso pan dulce navideño Striezel, hecho con confitura y frutos secos.
Otros mercados aledaños son los de Prager Strasse, Hauptstrasse, y justo al norte el de Stallhof, en Neumarkt Incluso hay uno dentro del patio del Palacio Real, que es un mercadito que semeja la época medieval.No deje de probar la deliciosa gastronomía alemana, acompañada por supuesto de una de las más de 1000 cervezas que producen.