Hoy se celebra el día mundial del Chardonnay, una de las cepas más famosas del mundo. Probablemente, parte de su fama se deba al gran rango de estilos de vino que se elaboran con ella, desde el famoso champagne blancs de blancs, hasta los vinos blancos añejados en madera de la Borgoña.
El Chardonnay es tan conocido, que muchos podrían pensar que se trata de un vino, una marca, una zona o un estilo y no de una cepa de uva.
Esta uva blanca es de las más cultivadas en el mundo, pero su cuna se
encuentra en la Borgoña, Francia, en donde el clima y el terroir la elevan a producir vinos de calidad superior. Su origen se extiende a la vecina Champagne, ¡en donde forma parte de mi espumante favorito!
Nota: terroir se refiere al conjunto de características que influyen en la
calidad de un vino: el suelo, el clima, la vid y el proceso de vinificación en
bodega.
Sus características
Por su gran adaptabilidad, la Chardonnay se cultiva en prácticamente todas las regiones vinícolas del mundo; su capacidad de “transmitir” el terroir hace que de ella se procuzcan vinos muy diferentes dependiendo de la zona en donde se cultive. Encontramos Chardonnay principalmente en Francia, pero también en Estados Unidos, Australia, Italia y Chile, y en menor cantidad en Sudáfrica, España, Nueva Zelanda y Argentina.
Sus principales aromas primarios son frutales (manzana, piña, cítricos delicados), pero puede tener un distintivo aroma a lácteos como mantequilla, vainilla y caramelo, dependiendo de su región de origen. En ciertas zonas como Chablis (al norte de la Borgoña) y la región costera de Chile, destaca por su mineralidad y acidez punzante pero equilibrada.
Nota interesante: a pesar de su popularidad, la cepa es relativamente reciente en el mundo: antes de 1960, prácticamente no se cultivaba fuera de Francia.
Así como se adapta a varios terroirs, también produce estilos de vino muy diferentes, siendo de las escasas uvas blancas que permiten añejamiento en barricas de roble.
En la Borgoña, da vinos con más cuerpo y aromas terciarios de crianza en madera, aunque en Chablis son más suaves y con mayor acidez. Los
Chardonnay en Australia se caracterizan por ser más aromáticos, destacando además las frutas tropicales. En California tienen aromas de fruta más madura, y se pueden percibir la mantequilla y la nuez moscada de sus homólogos franceses.
Su maridaje
Aquí debemos hacer la diferencia entre el Chardonnay sin crianza (el más frecuente y conocido) y el que ha sido añejado en madera. El Chardonnay con crianza puede tomarse joven, pero algunos de calidad superior pueden necesitar de 5 a 10 años para lograr su máximo
potencial. Por su mayor cuerpo, cremosidad y sus sabores lácteos y amaderados, va mejor con platos con salsas cremosas y de sabor intenso. Marida perfecto con salmón, mariscos, langosta, pollo y pastas cremosas.
Es muy versátil con quesos de cualquier tipo, especialmente los de
corteza. El Chardonnay sin crianza, por su menor cuerpo, mayor mineralidad y mayor acidez, marida maravillosamente con mariscos con concha, pollo, ternera y cerdo en salsas suaves, pastas y risotto. En cuanto a los quesos, le van mejor los frescos, duros o semiduros.
Así que en su próxima comida, sírvalo entre 7 y 9 grados, y ¡a su salud!
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