El vino es parte una importante de las Sagradas Escrituras, tanto así que en la Biblia se menciona más de 100 veces, y de hecho en ella solo se hace referencia a tres bebidas: agua, leche y vino.
Su importancia y simbolismo en la religión han perdurado más de 2000 años; pero te has preguntado ¿qué tipo de vino se tomaba en esa época? ¿Qué vino se sirvió en la Santa Cena?
A través del tiempo muchos se han hecho la misma pregunta, y así lo demuestran los más de 30 estudios que han intentado averiguarlo.
Se sabe que los romanos bebían más vino blanco, pero en Palestina (hoy Israel, Cisjordania y Gaza), producían vino tinto, al cual se hace referencia en varias ocasiones en las Escrituras.
Un poco de hisitoria
El vino ha sido parte de la historia de la humanidad desde hace aproximadamente 6000 años.
Las primeras vides se reportan en el Cáucaso (hoy Georgia) y en Asia Menor (hoy Turquía), durante el período Neolítico (final de la edad de piedra), que comprende los años entre 7000 a 3000 años a.C. La primera evidencia de vino se remonta a una vasija encontrada en los Montes Zagros (hoy Irán e Irak) y se calcula que data de 5400 años a.C.
De allí, el vino se extendió hacia el occidente, llegando hasta Anatolia (hoy Turquía) y Grecia (700 a.C), y hacia el sur llegando hasta Egipto. En Grecia fue tan importante que hasta existía Dionisio, el dios del vino.
Alrededor del 200 a.C el vino llegó al Imperio Romano, que adoptó al dios del vino, y lo llamó Baco.
El vino, a lo largo de su historia, se ha asociado con celebraciones y fechas importantes, sobre todo relacionadas a las altas sociedades. Esto ha sido una dato constante desde los años 700-201 a.C, y tanto los griegos como los romanos no fueron la excepción.
Desde Italia, el vino se fue extendiendo al resto de Europa.
El primer reporte escrito del cuidado de la vid data del siglo VIII a.C (años 800-701 a.C) en Grecia.
Importancia del vino en la Biblia
Existen más de 5000 variedades de Vitis Vinífera (que es única variedad de vid que da uvas para la producción de vino), por lo que seguir el rastro de los tipos de uva a través de la historia ha sido difícil.
Como mencioné, en la Biblia, hay más de 100 menciones al vino, desde el Antiguo Testamento (Génesis 9:20-27, Eclesiastés 9:7) hasta el Nuevo Testamento (Juan 15:5) y la última cena (Lucas 22:7-28), lo cual es una demostración más de la importancia del mismo desde épocas antiguas.
Dos teorías acerca del posible vino de la época de Jesús y de la Santa Cena:
1.Syrah, la cepa que se creía de origen Persa
El origen de la famosa cepa Syrah, tan presente hoy en día, ha sido controversial. Se le ha atribuido al lejano oriente, por razones etimológicas, pues su sinónimo, Shiraz, coincide con el nombre de una antigua ciudad persa (hoy Irán). Otros lo ubican en Siria. La teoría propone que la cepa fue llevada del lejano oriente a Francia en la época de las cruzadas en el siglo XI. Otros incluso afirman que procede de Siracusa en Sicilia.
Muchos otros asignan e origen de la Syrah directamente al Valle del Ródano en Francia; de hecho en 1998, un análisis de AND demostró que procede de dos cepas no conocidas llamadas Mondeuse Blanche y Dureza. Se concluyó que la Syrah es un cruce entre estas dos cepas que son originarias de la región de Ardèche, en el Valle del Ródano. Este estudio se trajo abajo la teoría de su origen persa.
2.Variedades autóctonas
El vino en Israel y regiones vecinas, se produce actualmente a partir de variedades llevadas desde Francia, como sucede en casi todas las zonas vinícolas del mundo. Sin embargo, hace unos años, un grupo de investigadores de la Universidad israelí de Ariel en Cisjordania, se ha dado a la tarea de buscar indicios de posibles cepas autóctonas que hayan sido las utilizadas para producir el vino en la época de Jesús. Encontraron más de 150, de las cuales destacan tres: Dabouki, Marawi y Jandali, a partir de las cuales se han logrado buenos vinos y se cree que podrían ser las cepas que se tomaba en esa época.
Un pequeño número de bodegas en Israel y Cisjordania están produciendo vino con estas variedades autóctonas, en un intento por reproducir el vino que se menciona en la Biblia.
Como ves, el tipo de vino que tomó Jesús en la última cena sigue siendo un misterio. Lo que sí sabemos es que, la manera en se preparaba el vino en esa época (se sabe que se mezclaba con agua y especias), era muy distinta a su producción actual, y por eso es muy probable que hoy en día ¡no lo hubiéramos disfrutado para nada!