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¿Cuándo decantar un vino blanco?

Decantar un vino es el proceso de trasvasar lentamente el vino de la botella a un decantador. Hay dos razones principales para hacerlo: separar el vino de cualquier sedimento que pueda haberse formado y oxigenar el vino para realzar sus aromas y sabores.

 

Esto es especialmente importante en tintos con añadas viejas, que han permnecido mucho tiempo en botella. Para conocer más acerca de cuando decantar un vino, visitá nuestro blog.

 

La controversia empieza cuando pensamos en si decantar o no un vino blanco. A menudo asociamos la decantación exclusivamente con los vinos tintos, especialmente aquellos que son más estructurados y con cuerpo, para ayudarlos mejorar su expresión aromática. Sin embargo, el vino blanco también puede beneficiarse de la decantación, aunque las razones y las circunstancias pueden ser distintas.

 

En el caso de los vinos blancos, la formación de sedimentos no es tan común como en los tintos, especialmente si son jóvenes, como la mayoría. Los sedimentos son más probables en vinos blancos de guarda, como lo son los fermentados o añejados en madera, como los Chardonnay de la Borgoña en Francia, o algunos Riesling de Alemania o Alsacia (Francia) que se pueden guardar por años. 

 

Sin embargo, el aspecto más controversial de la decantación de vinos blancos tiene que ver con su oxigenación. Al igual que con los tintos, algunos vinos blancos pueden beneficiarse de un poco de aire antes de ser consumidos. Aquí, de nuevo, pongo de ejemplo a los Chardonnay de Borgoña, los Riesling o los Viognier de alta gama, con su alta complejidad y potencial de guarda.

 

Entonces, ¿cómo saber si decantar un vino blanco? Se debe de tomar en cuenta primero el estilo y la edad del vino. Si es un vino blanco joven y fresco, probablemente no necesite decantarse. Si es un vino más viejo y/o de un estilo que se beneficia de la oxigenación (paso por madera), la decantación podría abrir sus aromas. 

 

Cuando decantés un vino blanco, hay que asegurarse de hacerlo con delicadeza para no alterar su sabor y aroma. Verter el vino lentamente en el decantador y evitar agitarlo en exceso. Luego dejar que el vino repose en el decantador durante unos minutos para que se abra y se libere de posibles olores no deseados que hayan podido generarse por la guarda en botella.